A unos dos mil metros de altitud, y metido entre los picos de la cordillera central de los Andes Colombianos, se encuentra el increíble Valle de Cocora.
Este valle destaca sobre todo por una especie vegetal: la palmera de cera. Se trata de una palmera autóctona que no se puede encontrar en ningún otro lugar del mundo y que llama la atención desde lejos por la altura inverosímil de su pequeño tronco. De hecho, según la Wikipedia, es la monocotiledónea más grande del mundo. Estos árboles crecen por todo el valle y llaman la atención de un modo especial en las laderas en las que no hay ningún otro tipo de árbol, como las de las fotos de alrededor, que son las más típicas del valle.
El atractivo turístico de esta zona es evidente por la gran cantidad de establos en los que se alquilan caballos para pasear por los senderos y también por los restaurantes enormes en los que se sirven truchas recogidas en las piscifactorías locales (por cierto, no demasiado caras y realmente frescas).
Aprovecho la ocasión para presentaros a Sebastián, el hermano de Juliana, su esposa Angélica y la hija de ambos, Gabriela. Ellos nos han acompañado en esta breve escapada. Lamentablemente hemos llegado con la espalda de Juliana en un estado bastante lamentable y tan solo hemos podido pasear un poco. Lo justo para darme cuenta de que hay que regresar en mejor estado y con más tiempo para poder descubrir el valle como se merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario