Tres días en Bangkok

jueves, 29 de enero de 2015

El primero, martes 27, llegamos al mediodía al aeropuerto y a eso de las tres al guesthouse. Para nosotros eran las siete de la mañana y apenas habíamos dormido en el vuelo desde Doha, así que estábamos reventados. Hacía mucho calor (unos treinta grados). Para no dormirnos y tratar de superar el jetlag cuanto antes, nos fuimos a arrastrar nuestros cansados cuerpos por un par de centros comerciales con aire acondicionado.
Por una calle cercana al hostal, cuando regresábamos, pasamos junto a un monje septuagenario que bendecía a un hombre que le había dado algo de comida. Al vernos el monje dejó de rezar para decirnos “hello”. Nos paramos brevemente y comenzó a hablarnos en inglés. Juliana le dijo que era colombiana y el monje replicó que Colombia tenía un gran equipo de futbol. “Algún día ganará el mundial. Esa es mi profecía para ti”, concluyó. Le dimos las gracias y seguimos caminando, sonriendo como tontos.

Bangkok

Me gustaría poder decir que dormimos como benditos, pero lo cierto es que las primeras noches nos despertamos a eso de las 3 o las 4 y nos costó volver a conciliar el sueño. Así que os podéis imaginar como se nos ha acumulado el cansancio estos días.

El miércoles 28 desayunamos en una cafetería junto al hostal, donde la camarera (una señora cuarentona) abrazó a Juliana al salir y visitamos los lugares más populares de Bangkok: el Palacio Real (que ya cuesta 500 bahts, unos 13 euros), donde se encuentra el Buda Esmeralda y varias colecciones de objetos de diferentes reyes tailandeses; y Wat Pho (100 bahts, menos de 3 euros), donde se pueden visitar unos cuantos templos realmente espectaculares. Wat Pho nos pareció mucho más bonito, además de que está menos masificado que el Palacio Real. Y eso nos llevó el día entero.Palacio Real, Bangkok Palacio Real de BangkokBangkok Wat PhoWat Pho Wat Pho

El jueves 29 nos acercamos hasta el complejo de construcciones reales de Dusit, al que se puede acceder con la entrada del Palacio Real. Aquí hay un palacio construido enteramente con madera de teca (y que solo se puede visitar con guía -incluida en el precio), es el edificio de teca más grande del mundo y solo se usó durante cuatro años, estuvo abandonado cerca de un siglo y en los años ochenta la reina se interesó por él y comenzó a restaurarlo para convertirlo en el museo que es hoy. También en el complejo hay unos cuantos palacetes menores con exposiciones de textiles, fotos del rey y artículos variados, y el Palacio Ananta Samakhom. Este palacio está hecho al estilo de la catedral de San Pablo de Londres. Resulta que cuando el rey Rama V visitó Europa a finales del siglo XIX se quedó obsesionado con hacer algo al estilo europeo. Y este palacio es el resultado de esa obsesión. Su interior alberga una colección que solo puedo describir como brutal de objetos de oro y plata y alas de escarabajo (sillas, barcos, gorros ceremoniales…), telares de seda como de 1.000 pulgadas, piezas de madera tallada de varios metros de altura… y eso sin mencionar los frescos de los techos. Lamentablemente no se pueden sacar fotos en el interior, así que no puedo mostraros ejemplos.

DusitDusit
Después subimos hasta el Monte Dorado, desde donde se puede percibir estupendamente la capa de contaminación que cubre toda la ciudad.

Monte Dorado, BangkokMonte Dorado, Bangkok Monte Dorado, Bangkok
Desde allí regresamos al hostal en una odisea que incluyó coger un barco-bus en la dirección equivocada, un taxi en un atasco brutal y un bus lleno de gente en el que terminamos de pasar el atasco sin que apareciera la que cobra los billetes. Un total de dos horas para recorrer unos cinco kilómetros.barco-bus, Bangkok

Y mañana nos vamos a Kanchanaburi, lugar muy popular por ser el pueblo donde está el famoso puente sobre el río Kwai.

Buenas noches a todos desde el Bluefin Guesthouse.

Bluefin Guesthouse, Bangkok

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